PRIMER DOSSIER: PAPER
Juan Aristides Alvarez Balcazar
RESUMEN:
La radio es un medio de comunicación que vive entre la gente, por ende, necesita de la sociedad para alimentar sus discursos, pero también para presentar unos objetivos marcados que la ayuden a desarrollarse de la mejor manera. Asimismo, las exigencias de las comunidades vienen siendo sinónimo de faro para el medio radial debido a que con base en esas demandas nacen los compromisos con los proyectos de desarrollo humano local que contribuyen a la mejora de la población.
PALABRAS CLAVE:
Radio, discurso radiofónico, comunicación, desarrollo
ABSTRACT:
Radio is a means of communication that lives among people, therefore, it needs society to feed its speeches, but also to present marked objectives that help it to develop in the best way. Likewise, the demands of the communities have been synonymous with a beacon for the radio médium because, based on these demands, commitments to local human development projects that contribute to the improvement of the population are born.
KEYWORD:
Radio, radio speech, communication, developing
INTRODUCCIÓN
Aun cuando la radio tiene como respaldo una enorme cantidad de años manteniéndose vigente en la sociedad, no puede ni debe dormirse en sus laureles debido a que las sociedades y comunidades se encuentran en un profundo cambio, y, por ello, requieren de nuevas adaptaciones. Martínez et al. dice que “la nueva radio exige la actualización de las estrategias, los conceptos y hábitos de trabajo con los que viene trabajando el medio tradicional para atender la relación con los ciudadanos” (p. 3).
En ese marco, para la elaboración de las estrategias y conceptos mencionados se necesitaría un correcto análisis del contexto y la situación por la que pasa la comunidad en la que se llegue a establecer el medio radial, es decir, la labor del medio radiofónico no se debería limitar a tratar información de manera general, todo lo contrario, resulta imprescindible que enfoquen sus vasos de comunicación con miras específicas hacia el territorio que busca abarcar.
Es relevante, entonces, que las radios contribuyan a un determinado y claro desarrollo humano local sin que esto signifique un desapego de sus esencias, pues con todas las virtudes y defectos que se puedan encontrar, es ese carácter tan propio lo que ha permitido llenar de vivacidad a los medios radiales.
ACTUALIDAD DEL DISCURSO RADIOFÓNICO
Las posturas que creen en una potencial indigencia del discurso radiofónico tienen argumentos con los cuales debatir cualquier otra opinión; no podemos predecir el futuro, pero sí imaginarlo teniendo como base nuestro presente, la actualidad del medio no es la óptima, partiendo de una aceptación de esta premisa se pueden llegar a elaborar estrategias adecuadas a la época.
“La radio es cuestión de intimidad, casi como una relación pasional entre emisor y oyente. Este pálpito lo hemos sustituido por la rutina informativa, la narración fosilizada y el contenido predeterminado (…) Cada día la narración es más rígida, más escueta, menos fresca. Hay mucha gente que ´habla por la radio´ y muy poca que hace radio al hablar […]” (Cebrian, como se citó en Garcés, 2007).
Del fragmento citado se desprenden un cúmulo de aristas producto del amplio contenido que tiene en sí el discurso radiofónico. El primer punto a tocar es el de la narración, cuando se habla de este tema habría que mencionar los tipos, puesto que existen la narración improvisada y elaborada, el término “improvisación” es entendido en muchas ocasiones como algo desordenado, empero, improvisar en la radio significa tener, tal vez no un rumbo completamente marcado, pero sí una especie de guía como cuando, por ejemplo, se entrevista a un invitado, esto con el fin de no provocar confusiones en el oyente, en cuanto a la narración elaborada, requiere de un diseño previo el cual debe seguirse fielmente.
“La narración radiofónica se enriquece gracias a las múltiples posibilidades combinatorias de las diversas fuentes sonoras que se utilizan, ya sean de la misma naturaleza (varias voces) o de naturalezas distintas (voz, música o efectos). Y en esa mezcla heterogénea hay un enriquecimiento doble: por una parte, la naturaleza particular de cada fuente favorece la heterogeneidad estética y de contenidos, y, por otra parte, la alternancia de elementos genera ritmo de forma automática” (Soengas, 2005, p. 7).
La alternancia mencionada no implica cierta independencia, sino una convivencia que debe estar marcada por un sumo cuidado debido a que en innumerables ocasiones alimenta el discurso, pero hay ocasiones en las que lo empobrecerá y creará distorsión en este. Para evitar esas posibles confusiones es que existen niveles de planos sonoros (protagonismo, supeditación y elementos contextualizadores, respectivamente), esto con el fin de no insertar variaciones radiofónicas que no sean coherentes, por ejemplo, la narración dramática admite superposición de planos sonoros porque generaría dinámica y versatilidad en el texto, empero, la narración lineal, usada por lo general en informativos, solo requiere de una secuencialidad de elementos para provocar sencillez y claridad en el discurso.
A propósito de la sencillez y claridad en los discursos, “una de las principales exigencias radiofónicas es la claridad expositiva, pero ese requisito no se cumple siempre. Muchos relatos contienen un trasfondo, voluntario o involuntario, que genera o favorece una segunda lectura. Además de la idea principal existe otro mensaje implícito o camuflado que contiene una versión alternativa, complementaria o contradictoria con la idea principal o con la versión aparente” (Soengas, 2005, pp. 3-4).
Sucede lo mismo que con la narración, hay una serie de elementos que no son compatibles entre sí, en el caso de los informativos sí resulta imprescindible la claridad en los discursos, pero en otros casos la ambigüedad puede ser voluntaria e incluso se llega a ver como una habilidad narrativa para enriquecer el producto radiofónico. Es oportuno precisar que la radio solo dispone del medio auditivo para captar al oyente, por ende, en los textos se debe pensar en hacer sentir a la audiencia lo que no puede ver y esto se logra a través de expresiones verbales completamente justificadas; “si en la prensa se utilizan elementos fotográficos, iconográficos, gráficos o tipográficos, en radio se hace uso del énfasis, la entonación, la música y otros efectos sonoros que acompañan el mensaje radiofónico y complementan su significado” (Román y Moreno, 2022, p. 23).
Con respecto a la diferencia entre los textos dichos en radio y otros medios, Román y Moreno (2022) nos dicen que “es necesario destacar el hecho de que no se escribe igual una información para ser leída que para ser escuchada. El oyente necesita seguir el ritmo de lo que se le está contando sin posibilidad de volver atrás […]. Todo lo que se dice debe ser interesante e inteligible para los oyentes, el periodista debe hablar a su audiencia como si estuviera haciéndolo con cada persona que le escucha de forma individual frente a ella” (p. 28).
Aun con todos los ítems mencionados que forman parte de la esencia del discurso radiofónico, es importante tener presente que la redacción y producción de textos en la radio siempre van a permanecer vinculadas al contexto en el cual se desarrollen, en otras palabras, todo es hijo de su tiempo y no pueden elaborarse productos radiales sobre un tema cuando en realidad el que está en el foco de atención es otro, por consiguiente, el uso de elementos va a depender de qué se esté contando, pero también de cómo se desea contar.
PILARES DEL MEDIO RADIOFÓNICO
Cuando en la cotidianidad escuchamos la expresión “medios de comunicación”, la principal atribución o virtud que se le da es mantener informada a la población acerca de los sucesos trascendentales que ocurren en la actualidad, lógicamente esa forma de aludir no es errónea, pero sí inexacta, pues estos medios de comunicación, en este caso la radio, no solo tienen como fin informar, sino también educar y entretener, por ende, esos tres objetivos no se convierten solo en metas, también en pilares a los cuales debe prestar atención la entidad periodística para un adecuado desarrollo.
Los pilares mencionados no solamente fueron establecidos de forma arbitraria, si abordamos el tema legal, en Perú existe la Ley N° 28278 conocida como Ley de Radio y Televisión, este es un documento que contiene 89 artículos y algunas otras disposiciones, empero, la parte que nos atañe ahora es la que corresponde al quinto artículo en donde se establece que “los servicios de radiodifusión tienen por finalidad satisfacer las necesidades de las personas en el campo de la información, el conocimiento, la cultura, la educación y el entretenimiento, en un marco de respeto de los deberes y derechos fundamentales, así como de promoción de los valores humanos y de la identidad nacional”. Esta ley es una muestra del inmenso poder que tiene la radio, ya que además de la posibilidad de promover los pilares dichos, deben fijarse en el respeto de hacer valer a los individuos que conforman la sociedad.
Debido a que la profesión no puede explicarse sin alejarse de su estructura contextual, es sencillo fijarnos en que el entretenimiento ha copado los medios de comunicación, tanto la televisión como la radio e incluso la prensa escrita, es menester, entonces, preguntarse en dónde radica el problema.
La principal dificultad para el correcto desarrollo de la radio es que se ha generado una ruptura entre educación y entretenimiento, pues se ha llegado a creer que son polos opuestos cuando en realidad son aspectos que se pueden complementar perfectamente. Al escuchar radio se aprecia en el plano informativo que las participaciones tanto los locutores como aquella audiencia con la que interactúan carecen de estética e importancia en el contenido, si analizamos los guiones dramáticos podremos darnos cuenta que es un formato en peligro de extinción al igual que los radiorreportajes, se infiere que el ambiente periodístico está cayendo en facilismos nada alentadores para un posible futuro.
En Las otras voces (2005) encontramos un panorama luminoso producto de la diferente perspectiva con la que cuentan, “pensamos la radio al fortalecer las radios como espacios culturales, recreativos, sociales, a través de las cuales los jóvenes y niños puedan expresarse, desarrollar la creatividad y proyectarse como sujetos sociales” (p. 24). Esto indica que la radio tiene consigo un código de comprensión cultural, empero, las sociedades no son archipiélagos, por consiguiente, no somos islas agrupadas en un espacio geográfico, compartimos mucho más que el lugar y necesitamos relacionarnos con los demás sin que esto implique desprendernos de nuestras propias ideas o pensamientos; “el derecho a la información y a la libertad de expresión nos permite, por un lado, formar nuestro propio juicio; y, a la vez, expresar libremente nuestra opinión en todos los asuntos que nos afecten” (Las otras voces, 2005, p. 21).
Beethoven decía que la música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía, mientras que el compositor americano Leonard Bernstein afirmaba que la música pude comunicar lo desconocido; y es que al final se trata de eso, el arte musical puede servir como neto entretenimiento, pero también para educar o informar, Rodríguez (2011) comenta que “siempre que elegimos música para pasar en la radio, le imprimimos una intencionalidad. ¿Qué queremos lograr con ella? ¿Trasladar a quien nos escucha hacia algún lugar? ¿Conectarlo con algún recuerdo? ¿Movilizar algún sentimiento? A través de la música podemos llevar a nuestros oyentes a diversos lugares, sensaciones y recuerdos. La música nos permite estimular la imaginación, ambientar situaciones o provocar estados de ánimo” (p. 16).
Asimismo, uno de los principales objetivos de la radio es abrir las puertas a la comunicación, es por ello que además de poder incentivar a la generación de juicios y criterios propios, logra indirecta o directamente que se formen lazos entre los pobladores mediante el diálogo o la participación, siempre teniendo en cuenta que este proceso no solamente requiere de hablar con la audiencia, sino involucrándose con ella, saber sus problemáticas y comunicar el pensamiento de la comunidad, pero también tomarse la libertad de ser una vía de solución para esta, ya que el medio radiofónico no es una carga en los problemas sociales, debería ser todo lo contrario.
“El nacimiento de las radios educativas en América Latina no se dio en todas partes por igual. En cada sitio los pueblos las hicieron surgir según sus necesidades” (Cohen, 2011, p. 31), el fragmento citado es de gran utilidad para dar a conocer cuán importante es el contexto en la formación y estructuración de radios. Las responsabilidades de alguien o de algo partes desde las necesidades y expectativas que tenga la sociedad en la que se encuentre.
Cuando ya se evalúe la estructura contextual, se debe priorizar la forma en la que se va a desarrollar el lenguaje radiofónico; “hacer radio es establecer comunicación, crear sentido común. Es considerar al receptor como un interlocutor; porque la radio provoca en la audiencia una relación personal. […] El lenguaje radiofónico es flexible y permite expresar cualquier cosa porque apela a la imaginación y a la buena voluntad del que escucha” (Romo, 2007, pp. 2-3).
La radio tiene sus propios elementos y es por ello que tiene un lenguaje propio, aunque cabe decir que la intención de crear imágenes ya se usaba en tiempo de Pitágoras, quien a través de su método acusmática hacía que sus alumnos lo escuchen detrás de una cortina para que las palabras tengan mayor independencia y no se relacionen directamente con quien las dice; lo mismo sucede con la radio en la actualidad, “la radio trabaja con sonidos y una de sus más grandes potencialidades tiene que ver con la imaginación, con el hecho de que quien escucha tiene la oportunidad de completar el sentido, de construir una imagen propia” (Rodríguez, 2011, p. 14).
En otras palabras, los sonidos poseen un gran poder para ser descriptivos o crear ambientes, sin embargo, es conveniente decir que debido a ese alto grado de responsabilidad tiene que estar de la mano con una gran capacidad para transmitir los diálogos, emociones y sensaciones a través de una pantalla.
Por más que no se tenga clara la existencia de un futuro, este resulta imprescindible para el crecimiento de las sociedades, ya que los proyectos del presente se hacen con miras en el mañana. Sin embargo, es oportuno marcar una diferencia entre lo que es desarrollo humano y desarrollo humano local, pues, mientras que el primero prioriza la iniciativa de la gente, el segundo lo hace con el objetivo de mejorar la comunidad en la cual se trabaja.
Aun cuando ambos persiguen un fin distinto que no se terminan alejando significativamente, coinciden en que la participación de la sociedad es la mejor vía para ejecutar procesos, esto se debe a que sin participación no hay comunicación y, a su vez, esa comunicación no se gesta necesariamente en medios radiofónicos o audiovisuales, sino en la apertura emocional y sensitiva de las personas, pero también en ese anhelo de compartir y sugerir variadas soluciones. En otras palabras, podemos decir que “la comunicación asumida como el espacio de intercambio de ideas, como un proceso recíproco de entendimiento, de reconocimiento y de relaciones entre personas contribuirá al desarrollo humano” (Hoeberichts y López, 2001, p. 34).
Precisamente de la última idea es que nacen todos los pilares sobre los cuales debe edificarse el desarrollo humano local en las comunidades, el primero de ellos es la propuesta humana y responde al reconocimiento que se les debe dar a las personas involucradas tanto al inicio como al final de los procesos, mientras que en la segunda base nos encontramos con la propuesta local integral, misma que habla de la evaluación contextual debido a que hay múltiples realidades entre las cuales intervienen distinciones a nivel cultural, social, político y más; por último, está la propuesta participativa en la que se menciona, valga la redundancia, la necesaria participación, así como también la decisión, de los pobladores.
Tanto la evaluación contextual como el análisis participativo de cada poblador no implica aislar a estas sociedades y hacerlas subsistir por su propia cuenta con base en proyectos sostenibles, todo lo contrario, el desarrollo humano local es una gran oportunidad de inclusión, además, con este factor se pueden formar lazos y vínculos entre las comunidades; lo ideal en la radio es que, mediante la comunicación, se creen espacios o canales de diálogos en los cuales las personas se sientan cómodas para convertirse en actores comunicantes. Con respecto a esto, Larrañaga y Jubeto (2011) nos dice que “se considera (desarrollo humano local) que es el lugar idóneo desde donde pensar la construcción de una globalización distinta, más equitativa y humana, en cuanto que lo local permite redescubrir el sentido del territorio y la comunidad” (p.28).
Empero, tales pilares o bases sufren con algunos movimientos sísmicos de manera constante, estos temblores vienen a causa de diversos aspectos como la centralización, neoliberalismo y autoritarismo. El primero genera una dependencia que no permite intervenir en las decisiones a todas las comunidades, el neoliberalismo prioriza las exportaciones y provoca una extracción desmedida, pero, sobre todo, sin reparos de los recursos naturales; finalmente, el autoritarismo no hace sino humillar la dignidad de las personas y pisotear sus derechos. En suma, las bases deben contar con una fortaleza gigante para sobreponerse frente a las precariedades sociales de una población.
La comunicación, como bien se sabe, puede ser entendida desde varios puntos que son válidos, empero, se corre un riesgo cuando se la asume como un medio que sirve tan solo para recoger información, el principal riesgo de esta postura es que las personas son utilizadas como un dígito más y no como ideas o pensamientos particulares que ellas puedan tener.
Líneas atrás se mencionó los fines informativos, educativos y de entretenimiento que deben tener los medios de comunicación, sin embargo, para iniciar un proceso de desarrollo humano local estos medios necesitan involucrarse más en la sociedad y es allí donde entran a tallar las radios ciudadanas, Hoeberichts y López (2001) dicen que “una radio ciudadana es aquella identificada con su localidad, con la realidad de la población. La radio se asume como un actor más, por lo tanto, como medio busca generar propuestas a través del diálogo, pero no se inhibe de formular sus propias alternativas” (p. 49).
Cuando el medio radial se compromete con un proyecto de desarrollo, debe comprometerse también con varias premisas, una de ellas es alejarse de estar dedicada solo a informar los hechos noticiables en la localidad, es decir, la radiodifusión no debe permanecer indiferente a la problemática, todo lo contrario, en muchos casos debe actuar como portavoz e incluso como fuente de propuestas de solución que vayan acordes al contexto.
Con base en lo dicho podemos inferir que, aun cuando las radios ciudadanas deban buscar principalmente involucrarse en las comunidades y formar procesos de participación, no deben distanciarse de ese afán de educar, entretener e informar a la población. Así pues, la participación no solo se generaría con llamadas de los oyentes para que estos den sus puntos de vista y diversas opiniones, sino también ayudaría a formar una especie de puentes para que las autoridades y demás personas conozcan las sugerencias que presente la población en lo que respecta a los problemas por los que atraviesa.
REFERENCIAS
Cohen, D. (2011). Lenguajes de la radio. Editorial Brujas. Recuperado de: https://elibro.net/es/ereader/unprg/78049
Garcés, R. (2007). La crisis de los discursos radiofónicos. Revista Latina de Comunicación. Recuperado de: https://nuevaepoca.revistalatinacs.org/index.php/revista/article/view/1306/2051
Hoeberichts, A; López, M. (2001). Comunicación y radio para el desarrollo local. Una propuesta latinoamericana a partir de la radio ciudadana en el Perú. Guía para la acción.
Larrañaga, M; Jubeto, Y. (2011). El Desarrollo Humano Local: aportes desde la equidad de género. Hegoa. Recuperado de: https://ojs.ehu.eus/index.php/hegoa/article/view/10427/9643
Las otras voces (2005). Aprender con la radio. Reflexiones y actividades para promover la participación comunitaria.
Martínez, M; et al. (2012). La radio generalista en la red: un nuevo modelo para la radio tradicional. Universidad de Medellín. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/angr/v10n20/v10n20a12.pdf
Rodríguez, L. (2011). Ponele onda. Ediciones La Timbu.
Román, S; Moreno, E. (2022). Redacción periodística en la radio: de la radio convencional al podcasting. Editorial Barcelona. Recuperado de: https://elibro.net/es/ereader/unprg/217492
Romo, C. (2007). El lenguaje radiofónico. A renglón seguido. Recuperado de: https://rei.iteso.mx/bitstream/handle/11117/552/39_renglones39arenglonseguidocristinaromo.pdf?sequence=2
Soengas, X. (2005). El discurso radiofónico. Particularidades de la narración sonora. Universidad de Santiago de Compostela.
Juan,
ResponderEliminarEl paper presentado, de formato artículo científico, aporta convenientemente en el entendimiento del quehacer radial.
Hay información, eso sí, que está algo suelta, no vinculada con el itinerario propuesto.